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Serguéi Prokofiev (1891-1953)

Hoy hace exactamente 60 años, murió en Moscú el compositor ruso Serguéi Prokofiev, uno de los grandes clásicos del siglo XX.

Pianista, director de orquesta y compositor desde muy niño, pues sus primeras clases las recibió de su madre pianista. Con fama de músico rompedor y futurista en la tendencia musical de la Rusia de los primeros años del siglo XX, en 1917 salió de su país regresando en 1933. 

 Durante su estancia en el extranjero, sus mejores trabajos - o los que mejor reconocimiento tuvieron- fueron los efectuados para los Ballets Rusos de Diaghilev (en una anterior entrada comenté la exposición que sobre este coreógrafo se celebró en Caixa Forum).

Sin embargo, debido a los drásticos cambios en la Unión Soviética, pues el estado controlaba todas las manifestaciones artísticas, algunas de sus obras fueron prohibidas por excesivamente modernas. Por este motivo, su música giró después hacia una forma más melódica, aunque sin perder su  personalidad. De esta época son varias de sus obras más conocidas: los ballets Romeo y Julieta,  La Cenicienta y... 

Pedro y el Lobo, un cuento para narrador y orquesta. Debido a una fantástica producción dirigida por Suzie Templeton y producida por el estudio noruego Storm y el polaco Se-Ma-For, mis nietos vieron Pedro y el Lobo una y otra y otra vez... llegando a conocer todos los sonidos de los instrumentos aplicados a cada personaje: Pedro la cuerda, El Abuelo el fagot, El Pato el oboe, El Pájaro la flauta, El Gato el clarinete, El Lobo tres cornos y Los Cazadores los timbales y el bombo.

Recomiendo ver este corto de animación si se tienen niños pues se quedan enganchados a las imágenes (a veces con esa fascinación que les producen los momentos de miedo) y por supuesto enganchados a la música, en este caso interpretada nada menos que por la Philharmonia Orchestra.

Dejo una pequeñísima muestra donde se puede apreciar la originalidad de las animaciones.

También colaboró con el director de cine soviético S. Eisenstein (El acorazado Potenkim) poniendo música a dos de sus más famosos films: Alexander Nevski (1938) e Iván el Terrible (1943).

Prokofiev muere el 5 de marzo de 1953, curiosamente, el mismo día y año que Stalin, bajo cuyo mandato se censuraron y prohibieron algunas de sus obras y se condenó a su mujer a trabajos forzados acusada de espionaje.